Cuando alguien lee o escucha
el nombre de HANZ, de inmediato lo tiende a relacionar con alguna ascendencia
genealógica proveniente del viejo continente, específicamente de Alemania,
máxime cuando los rasgos físicos se
asimilan a ese linaje.
Pero nuestro personaje no
puede ser más criollo, nacido en una de las poblaciones más raizales del Cesar,
La Paz, en donde el ambiente musical que allí se respira desde los tiempos de
los juglares, fue suficiente faro para que su vida se inclinara por el arte, de
tal manera que esto hizo que su tendencia brillara con luz propia, desafiando
respetuosamente los anclajes tradicionales para poder mostrar con su estilo
esos orígenes y digerírselos a las generaciones modernas.
Así lo consideró Hanz Zuleta,
desde que decidió desprenderse del yugo secundario de las agrupaciones
vallenatas como guitarrista, para asumir el rol de líder como vocalista de su
propia agrupación, un intento ‘suicida’ pero del que sobrevivió en un
‘cuadrilátero’ folclórico en donde pululan pegadores de grandes pesos.
A veces hay golondrinas
solitarias que hacen su verano, es el concepto que me aflora al tabular el
crecimiento de este joven ‘pacífico’ que contra viento y marea ha defendido su
proyecto, convirtiéndose en un embajador de la tierra en otras latitudes, pues
si bien por la ortodoxia que rige en este suelo, en donde esta alternatividad
aún no es muy asimilada, en otros lares, la música de este valor ha escrito en
moldes dorados el nombre del vallenato.
Su primer trabajo musical
fue de una lucha titánica como suele ser el emprendimiento de los grandes
proyectos, pero considero que debe darse por bien servido, su nombre hoy tiene
otra trascendencia, además hay que reconocerle que pese a su avanzada ideología
de mostrar al vallenato en otro formato, nunca ha soslayado al acordeón como
instrumento matriz de este género y así lo demuestra con la permanencia de
Dager Almanza en su ejecución con quien presenta este segundo disco tal como en
el primero.
Refrendando su apego a la
tierra y el concepto de que por sus venas corre el vallenato tradicional, en
esta segunda incursión, Hanz, presentará: ‘Antología’ producción con la que ha
querido rendirle tributo a algunas viejas glorias del folclor, rescatando un
catálogo de canciones a las que ‘vestirá’ con su estilo, eso sí, respetando el
esquema que los fanáticos del ayer bailaron y cantaron, por eso sobra decir que
este artista sabe conjugar los tiempos del vallenato con un presente que vive a plenitud, alimentado por sus
ideas; un pasado al que respeta y valora, y un futuro con el que pretende
sellar un compromiso de evolución, sin vulnerar las raíces de quienes sembraron
sin dimensionar lo que estaban cosechando.
Bienvenido Hanz a esta nueva
Odisea, en la que los embravecidos ‘mares’ de la competencia no serán óbices
para que puedas anclar en el puerto seguro de la ‘Ítaca’ folclórica que te propones. A manera de
resumen podríamos concluir con el contenido de las canciones de este disco con
los siguientes conectores:
Que eres un artista que le
gusta EL CAMBIO, pues tus aspiraciones son SIN MEDIR DISTANCIAS, así LAS
ESPINAS te hinquen, pero todo se hace POR UN AMOR al que se le debe dar su
LIRIO ROJO siempre, IGUAL QUE AQUELLA
NOCHE para la flaca o a LA GORDITA, lo importante es que no se note la AUSENCIA
desde LOS TIEMPOS DE LA COMETA, y
triunfante puedas decir: “NACIÓ MI POESÍA”.
William Rosado Rincones.
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